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Date un terraemus

Desde el pasado 1 de Julio los municipios Terrae de La Cabrera, Redueña y Valdepiélagos, gozan de la visita de unos embajadores de la agroecología, excepcionales. Son 15 chicas y chicos de toda España que se han dejado tentar por el conocimiento de esta ciencia, que vaticina poder cambiar el mundo. Y ellos quieren ser parte de ese cambio.

Se alojan en el camping Pico de la Miel y acompañados de sus monitores, Elena Sánchez, María Gracia Barrios y Gonzalo Baena, de la Asociación Roble Moreno.  Trabajan experimentando formas y maneras de incorporar la agroecología a la vida de nuestros pueblos y personas. Pero además han descubierto proyectos tan ricos como las cabras bomberas de El Boalo, los huertos sociales de Móstoles, los burros de El Berrueco, e incluso en una de sus visitas se toparon con un anillamiento de control de palomas de la SEO.

Y como en la vida no todo es trabajar, también están disfrutando de muchos momentos de ocio y distensión que sus monitores les ofrecen o que ellos mismos proponen.

Entre gymkhanas, piscina, juegos nocturnos, dinámicas de conocimiento y contacto, bailes, cine y teatro en el Centro de Humanidades y rutas, como la ofrecida por el Centro de Educación Ambiental, a cargo de Maite García de la Filia. El tiempo se pasa volando.

Y como decían ayer, después de disfrutar de la obra clown “Ohlimpiadas” en el Centro de Humanidades Cardenal Gonzaga, “no queremos que esto se acabe”.

Conocerse, intercambiar ideas, nuevas experiencias y otros modos de alimentar el alma y el cuerpo, son aprendizajes que estos jóvenes se pueden llevar para sus ciudades de origen, Málaga, Mallorca, Madrid, Ceuta, Girona, Guadalajara y Segovia. Pero nosotros aquí nos quedamos con su paso y con la obra que dejan en el terreno y en nuestro recuerdo.

Un jardín comestible en La Cabrera, una espiral de aromáticas en Redueña y La Cabrera, un horno comunitario de barro, en Valdepiélagos. Varios hoteles de insectos para el huerto escolar de La Cabrera y el arboreto comestible y Parque Medio Ambiental de Redueña. Son algunos de los ejemplos de aquello que nos dejan.

Gracias

Pero la experiencia, su mirada y la fortaleza de que estos jóvenes se acercan a un cambio de conciencia, son claramente para nosotras, técnicas DILAS de estos municipios (Mila Martín de Redueña, Rafael Conde de Valdepiélagos y una servidora Cristina Soto en La Cabrera) la mejor obra de agroecología que nuestros municipios pueden emprender, ya que aquí comienza el cambio.

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